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La dermatoscopia ha transformado la forma en que los dermatólogos evalúan las lesiones cutáneas, permitiendo una visualización detallada y no invasiva de la piel. Sin embargo, interpretar correctamente las imágenes dermatoscópicas puede ser un desafío, ya que muchas enfermedades comparten patrones similares. Por ello, la correlación clínico-dermatoscópica-patológica se convierte en una herramienta esencial para lograr diagnósticos más precisos y confiables. 

Este artículo está basado en el capítulo 27 del libro Dermatoscopia Integral, una obra colectiva y detallada compilada por Elizabeth Leocadia Fernandes y Gabriella Campos do Carmo. El texto integra la terminología metafórica y descriptiva en el análisis de patrones, ofreciendo una visión moderna, práctica y clínica de la dermatoscopia. 

La importancia de la correlación clínico-dermatoscópica-patológica 

La correlación entre los hallazgos clínicos, dermatoscópicos e histopatológicos permite una evaluación integral de las lesiones cutáneas. Mientras la dermatoscopia revela características macroscópicas, la histología ofrece una visión microscópica de las alteraciones celulares. Esta sinergia entre dermatólogo y dermatopatólogo es clave para diferenciar entre lesiones benignas y malignas, y para ofrecer un tratamiento más preciso.

Dermatoscopia como guía para la macroscopia 

La dermatoscopia no solo ayuda en el diagnóstico, sino que también orienta el examen histopatológico. Al identificar zonas específicas de interés antes de la resección quirúrgica, como pigmentaciones o estructuras vasculares, se puede guiar al patólogo en la selección de las secciones más representativas para el análisis microscópico. Esta práctica mejora significativamente la calidad del diagnóstico final. 

 `alt`  Figura 27.1.A. Hiperpigmentación de los queratinocitos basales.
Figura 27.1.A. Hiperpigmentación de los queratinocitos basales. No hay aumento del número de melanocitos. B. Hiper-pigmentación de los queratinocitos basales con aumento del número de melanocitos dispuestos en nidos. En este caso, los melano-citos no están pigmentados y, por lo tanto, son invisibles en la dermatoscopia. C. Vistos desde arriba con dermatoscopia, aparecen como líneas reticulares de melanocitos pigmentados en la base de las crestas epiteliales. D. Mezcla de A y C.E. Hiperpigmentación de los queratinocitos basales, pero solo en la base de las crestas epiteliales. F. Las crestas se agrandan y se llenan de melanocitos pigmentados, lo cual se ve como líneas reticulares gruesas en la dermatoscopia. (Adaptado de Harald Kittler).

Interpretación de patrones dermatoscópicos y su correlato histológico 

Uno de los ejemplos más ilustrativos es el de las líneas reticulares, que pueden observarse tanto en lesiones melanocíticas como no melanocíticas. En lesiones como los lentigos solares o queratosis seborreicas, estas líneas se deben a la hiperpigmentación de los queratinocitos basales. En cambio, en melanomas, las líneas reticulares gruesas reflejan la presencia de melanocitos pigmentados agrupados en nidos, lo que representa un signo de alarma. 

Casos clínicos: del dermatoscopio al microscopio 

El capítulo 27 del libro Dermatoscopia Integral presenta casos clínicos que ejemplifican esta correlación. Por ejemplo, en el carcinoma basocelular nodular pigmentado, se observan glóbulos, caos estructural y múltiples colores en la dermatoscopia, que se corresponden con bloques de células basaloides pigmentadas en la histología. Otro caso es el del nevo melanocítico con atipia citológica grave, tratado como melanoma in situ, donde la dermatoscopia reveló glóbulos negros periféricos y la histología confirmó atipia celular severa. 

 `alt`  Figura 27.2.Carcinoma basocelular nodular pigmentado.
Figura 27.2.Carcinoma basocelular nodular pigmentado. A. Nódulo ennegrecido con brillo en la supercie. B. Lesión pigmen-tada con caos. Patrones: glóbulos y ausencia de estructuras; colores: marrón claro, marrón oscuro, gris, negro y rosa; pistas de ma-lignidad: líneas radiales hacia la misma base y hacia los glóbulos, glóbulo dentro de otro glóbulo, glóbulos gris azulados, líneas blancas. C. Imagen microscópica teñida con hematoxilina/eosina, 100×: epidermis atróca y bloques de células basaloides en la dermis con formación de palizada en la periferia de los bloques. Se observa pigmento marrón (melanina) en los bloques y en el estroma adyacente. Alrededor de los bloques se observa un moderado inltrado inamatorio linfomononuclear. D. Imagen mi-croscópica teñida con hematoxilina/eosina, 40×: epidermis atróca y bloques de células basaloides en la dermis con formación de palizada en la periferia de los bloques. Se observa pigmento marrón (melanina) en los bloques y en el estroma adyacente. Alrededor de los bloques se observa un moderado inltrado inamatorio linfomononuclear. E. Imagen microscópica teñida con hematoxilina/eosina, 400×: epidermis atróca y células basaloides en bloques, con formación de palizada en la periferia y pigmen-to de melanina en el citoplasma de las células basaloides.

Buenas prácticas para una correlación efectiva para optimizar la correlación clínico-dermatoscópica-patológica 

Se recomienda: 

  1. Documentación fotográfica de alta calidad. 
  1. Selección cuidadosa de la zona de biopsia
  1. Fijación adecuada de las muestras. 
  1. Evaluación minuciosa de las características histológicas. 
  1. Discusión interdisciplinaria cuando los hallazgos no coinciden. 
  1. Uso de técnicas especiales como inmunohistoquímica. 
  1. Evaluación de márgenes quirúrgicos en lesiones extirpadas. 

Estas prácticas fortalecen el trabajo conjunto entre dermatólogo y patólogo, mejorando la precisión diagnóstica y el tratamiento del paciente. 

 `alt` Figura 27.3. Nevo melanocítico de la unión con atipia citológica grave. correlación clínico-dermatoscópica-patológica
Figura 27.3. Nevo melanocítico de la unión con atipia citológica grave. A. Mácula asimétrica, bordes irregulares, colores marrón y negro. B. Lesión pigmentada con caos. Patrones: glóbulos y ausencia de estructuras; colores: marrón claro, marrón oscuro, gris y negro; pistas de malignidad: glóbulos negros en la periferia. Tratada como melanoma in situ, con ampliación del margen. C. Imagen microscópica teñida con hematoxilina/eosina, 40×: epidermis con células névicas en pequeños nidos y aisladas unas junto a otras. D. Imagen microscópica teñida con hematoxilina/eosina, 400×: epidermis con nidos de células névicas con núcleos hipercromáti-cos, agrandados e irregulares. E. Imagen microscópica teñida con hematoxilina/eosina, 100×: epidermis con células névicas atípi-cas en pequeños nidos, dermis con broplasia papilar y ligero inltrado inamatorio linfomononuclear perivascular supercial con melanófagos. F. Imagen microscópica teñida con hematoxilina/eosina, 100×: epidermis con nidos de células névicas atípicas, con núcleos dos veces más grandes que el núcleo de los queratinocitos adyacentes, dermis con broplasia papilar y ligero inltrado in-amatorio linfomononuclear perivascular supercial

Conclusión 

La correlación clínico dermatoscópica-patológica es una herramienta indispensable en la dermatología moderna. Permite integrar observaciones clínicas, imágenes dermatoscópicas y hallazgos histológicos para lograr diagnósticos más certeros y tratamientos personalizados. Este artículo se basa en el capítulo 27 del libro Dermatoscopia Integral compilado por Elizabeth Leocadia Fernandes y Gabriella Campos do Carmo, una obra que reúne la experiencia de especialistas en un enfoque clínico y práctico, y que destaca la importancia de esta correlación en la atención dermatológica de calidad. 


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