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Este artículo está basado en el capítulo 7 del libro Diagnóstico físico del dolor. Atlas de signos y síntomas. 5.ª edición del Dr. Steven D. Waldman, una obra de referencia esencial en el abordaje clínico del dolor y el dolor cervical. En este capítulo, se detalla la evaluación de la movilidad de la columna cervical como herramienta diagnóstica para identificar disfunciones vertebrales y signos de patologías neurológicas. 

Importancia de la movilidad cervical en el diagnóstico del dolor 

La columna cervical posee una estructura única que le confiere un amplio rango de movimiento, especialmente en sus tres segmentos superiores: las articulaciones atlantooccipitales y atlantoaxiales. En condiciones normales, la movilidad cervical requiere una sincronización precisa entre todos los elementos vertebrales. Sin embargo, en presencia de enfermedad, una alteración en un solo nivel puede generar disfunción en otros segmentos. 

Para los anestesiólogos, comprender esta dinámica es crucial al evaluar pacientes con dolor cervical, ya que permite identificar limitaciones funcionales que podrían estar relacionadas con patologías subyacentes como radiculopatías, mielopatías o incluso insuficiencia vertebrobasilar. 

Evaluación de flexión y extensión cervical

El procedimiento comienza con la colocación del paciente en posición neutra. Luego, se solicita la flexión hacia adelante de la columna cervical, observando si existe alguna restricción en el rango de movimiento o falta de sincronización, lo cual puede indicar dolor cervical o disfunción segmentaria. En condiciones normales, el paciente debería poder tocar el pecho con la barbilla sin dificultad. 

Posteriormente, se evalúa la extensión cervical. El médico debe asegurarse de que el movimiento se limite a la columna cervical y no involucre la columna torácica como compensación. Cualquier limitación o rigidez puede ser indicativa de una alteración funcional que requiere atención especializada. 

Rotación y flexión lateral en pacientes con dolor cervical 

La rotación cervical se evalúa pidiendo al paciente que gire completamente la cabeza hacia ambos lados desde una posición neutra. Se observa la fluidez del movimiento y la presencia de dolor o restricción. La flexión lateral se realiza de forma similar, verificando que el movimiento se mantenga exclusivamente en la región cervical. 

Estas maniobras deben realizarse con precaución en pacientes con síntomas de mielopatía, radiculopatía o insuficiencia arterial, ya que podrían precipitar eventos neurológicos agudos. También se recomienda especial cuidado en pacientes con artritis reumatoide, debido al riesgo de inestabilidad cervical por erosión de la apófisis odontoides. 

Consideraciones clínicas en la evaluación física del dolor cervical 

La exploración física de la columna cervical no solo permite identificar disfunciones mecánicas, sino también orientar al especialista hacia posibles causas neurológicas o inflamatorias del dolor. La observación detallada de la movilidad cervical, junto con el conocimiento anatómico preciso, es una herramienta diagnóstica poderosa en manos del anestesiólogo. 

Además, el reconocimiento de signos como la compensación torácica o la falta de sincronización en los movimientos puede ser clave para evitar errores diagnósticos y mejorar la planificación terapéutica.

Figura  7.5.Tomografía  computarizada  y  resonancia  magnética  combina-das de la apófisis odontoides que muestran importantes erosiones óseas (fle-chas)y sinovitis (flechas)en un paciente que presenta dificultad para caminar e incontinencia urinaria y fecal. (De Parisot A, Ltaief-Boudrigua A, Villani A-P, et  al. Spontaneous  odontoid  fracture  on  a  tophus  responsible  for  spinal  cord  compression: a case report. Joint Bone Spine. 2013;80(5):550-551, Fig. 2).
Figura 7.5.Tomografía computarizada y resonancia magnética combinadas de la apófisis odontoides que muestran importantes erosiones óseas (fle-chas)y sinovitis (flechas)en un paciente que presenta dificultad para caminar e incontinencia urinaria y fecal.

Conclusión 

La evaluación física del dolor cervical, tal como se describe en el libro Diagnóstico físico del dolor. Atlas de signos y síntomas. 5.ª edición del Dr. Steven D. Waldman, es una práctica esencial para los anestesiólogos. A través de maniobras simples pero precisas, es posible identificar disfunciones vertebrales, signos de patologías neurológicas y riesgos potenciales en pacientes vulnerables. Este enfoque clínico permite no solo mejorar el diagnóstico, sino también optimizar la seguridad y eficacia de los tratamientos intervencionistas en el manejo del dolor. 



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